Perspectiva

Las locuras de Trump, el narco, México y Oaxaca

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca, Oax., 21 de octubre de 2025.- En menos de un año, Donald Trump tiene al mundo de cabeza: amenaza a mandatarios, azuza guerras; alienta supuestos acuerdos de paz; incrementa aranceles a quien se le antoje, reta a su principal enemigo en economía, China.

Pero, principalmente, libra una guerra sin precedentes en contra del narcotráfico y los líderes criminales más buscados, sobre todo en México, país por donde pasa la droga, todos los días.

¿Pero qué ha hecho al interior de su nación norteamericana? Enfrenta repudios cada vez más crecientes, que se han traducido en marchas multitudinarias en diversas ciudades de ese país y del mundo. Y no tiene planes para frenar el consumo de estupefacientes entre los suyos.

En segundo mandato, Donald Trump ha impuesto ultimátum a gobiernos latinoamericanos y del otro lado del continente; su más reciente agresión verbal y amenazas es contra Colombia.

¿Locuras? O amagues efectivos para que el mundo se arrodille ante quien aún se considera el país más poderoso del orbe. ¿Pero han dado algún resultado?

Su más reciente “éxito”, el acuerdo de paz entre Hamás e Israel, así como el intercambio de rehenes, pero en cuyas zonas no cesan los ataques armados; ahora dice que busca pacificar a Rusia con Ucrania… ¿y después controlar al mundo?

SHEINBAUM BAJO FUEGO

Desde el día que tomó posesión del cargo, el 20 de enero de este año, el miembro del Partido Republicano no ha cesado su diarrea verbal contra todo aquel que se oponga a sus designios, incluso de su país.

Apenas iniciando su mandato, a Claudia Sheinbaum Pardo la amenazó con incrementar aranceles y combatir a los narcotraficantes mexicanos desde este país con sus fuerzas armadas y organismos de inteligencia.

Bastó para que la Presidenta de México, también recién iniciado su cargo, permitiera que Estados Unidos se involucrara directamente en el combate al crimen organizado.

Uno de los principales resultados es que, ahora sí, el gobierno mexicano está trabajando de manera intensa para combatir los ilícitos.

Y ha desnudado también parte de las múltiples mentiras de Andrés Manuel López Obrador, quien repetía a cada rato que, desde que llegó al poder, ya no había “huachicol”, ya no había laboratorios de fentanilo, ya no había grupos criminales, pero en su sexenio hasta consintió a capos y sus familiares. No los tocó ni con el pétalo de un señalamiento discursivo.

En menos de un año, ya sabemos oficialmente que el país está inundado de drogas, de cárteles poderosos, de robo de combustibles por doquier.

Y el gabinete de seguridad federal ha tenido que enfrentar la problemática y acelerar los operativos y las detenciones.

Incluso se ha visto obligada a entregar a más de 30 principales capos mexicanos a los Estados Unidos, para que ahí sean enjuiciados.

Tal es el miedo que no hay día que la Secretaría de Seguridad y Protección de México no reporte detenciones relevantes, principalmente en el norte de México, porque en el centro y sur o sur-sureste ha habido pocos casos.

¿Y OAXACA?

¿Y qué tiene que ver Oaxaca con Donald Trump? Bueno, principalmente en la lucha contra el crimen organizado.

No precisamente por órdenes directas del presidente norteamericano pero sí bajo directrices del Gobierno de la República, que  a su vez ha estado presionada por la autoridad del vecino país.

Así, a través de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, así como de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y con el apoyo de la Marina y del Ejército Mexicano, se han intensificado los cateos.

No hay semana en que no se detallen operativos acerca de detenciones y revisiones de “narcotiendas” o sitios de venta de drogas, como informó este lunes con la incautación de al menos 100 kilos de estupefacientes y dos detenciones en el Istmo.

Sin embargo, paradójicamente, los tres niveles de gobierno no han podido con la extrema violencia en zonas conflictivas de siempre, como es el caso de Juchitán, donde no solamente hay ejecuciones cotidianas, sino también asaltos y principalmente extorsiones a comercios.

O Santiago Jamiltepec y Pinotepa Nacional, donde continuamente hay también delitos de alto impacto.

Lamentablemente tuvo que venir la presión del gobierno estadounidense para que se hiciera algo al respecto en el combate al narcotráfico. Lamentablemente México, como Oaxaca, ya no es solamente paso de drogas, sino de alto consumo.

Pero, en el caso de Estados Unidos, ¿cuando va a frenar el incesante consumo de drogas? ¿Y cuándo enfrentará a los cárteles estadounidenses? O la táctica es acabar con los criminales de otros países, para que sólo dominen ellos y acaparen todo el mercado.

Colaborador, FDN Oaxaca
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Colaborador, FDN Oaxaca
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