Gisela Blas Piñón
Oaxaca de Juárez, Oax. 27 de julio de 2019.- Durante 41 años ininterrumpidos, Magdalena Apasco ha representado y disfrutado de la máxima fiesta de Oaxaca, la Guelaguetza, desde que el Grupo Cultural Apasco inició con la tradición, para que tanto habitantes como quienes visitan la población pudieran vivir la experiencia de las danzas, música y cultura de las comunidades de las ocho regiones del estado.
Este año no fue la excepción. La lluvia no disminuyó el ánimo de las personas que desde temprano se dieron cita en la explanada municipal para participar en el evento que reúne a casi toda la población, a sus jóvenes en la representación y al resto como público.
La Guelaguetza 2019 fue presidida por la Diosa Centéotl, representada por la adolescente Nazareth de Jesús Cisneros Cruz, quien en compañía de niñas y niños del grupo de Danza de la Casa de la Cultura de la comunidad, abrió el espectáculo con la Danza Ritual en honor a Centeótl, diosa del maíz tierno, a la que se ofrecían rituales para tener una buena cosecha en el Oaxaca de hace varios siglos y a la que se sigue recordando cada año durante las fiestas de Guelaguetza.
La presentación que se realizó el sábado 20 de julio, estuvo a cargo del Grupo Cultural Apasco y del Grupo Danzantes de Apasco, que de manera entusiasta y respetuosa representaron a las delegaciones de Chinas Oaxaqueñas con su Jarabe del Valle, sones y jarabes mixes, San Melchor Betaza con el Torito serrano, los sones mazatecos de Huautla de Jiménez como Flor de Piña, Anillo de Oro, Flor de Lis y La Paloma, que agrupados forman la llamada Naxo loxa o Flor de Naranjo.
También se representaron el Jarabe Ejuteco en el que destacan El Palomo y La Culebra, además de El torito serrano de San Pablo Macuiltianguis; siguió el turno a las chilenas de la Costa con San Juan Cacahuatepec y San Pedro Pochutla; el Jarabe Mixteco de la agreste tierra de Ñudee (Huajuapan), en el que se expresa esencialmente el enamoramiento de una pareja; prosiguió con las chilenas y los pícaros versos de Pinotepa Nacional.
Otras presentaciones correspondieron a sones y polkas de Juchitán de Zaragoza, la siempre apreciada Flor de Piña de la región de la Cuenca del Papaloapan y la Danza de la Pluma, tradición en Cuilápam de Guerrero, Zaachila, Teotitlán del Valle, San Bartolo Coyotepec y San Jerónimo Tlacochahuaya. La festividad cerró con la quema de juegos pirotécnicos.
La Guelaguetza en Magdalena Apasco es un evento de gran calidad con narraciones y música en vivo. El Grupo Cultural Apasco tiene 41 años presentando el espectáculo y por él han desfilado dos generaciones de familias, algunas personas han iniciado en el grupo siendo adolescentes y aún permanecen, es el caso de Gabriela Cervantes, quien lleva 12 años bailando.
“Para mí significa una forma de gozar la vida haciendo lo que más me gusta, me siento orgullosa de mis raíces oaxaqueñas y de formar parte de una familia cultural que va de generación en generación, que tiene como objetivo unir a la población a través del folklor”, manifestó la también ingeniera en Energías Renovables.
Magdalena Apasco, en el distrito de Etla, se localiza a 26 kilómetros al noroeste de la ciudad de Oaxaca de Juárez, capital del estado, a 40 minutos en automóvil, por la autopista 190. Su primordial actividad económica es la artesanía en cantera: amarilla –única de la localidad-, blanca, verde, gris, rosa; y otras piedras como el mármol y el ónix.
Desde hace varios años, realiza la Feria de la Cantera, para dar a conocer al mundo sus creaciones, la cual este año se lleva a cabo del 21 al el 28 de julio.