Julio Eduardo Manzano Bizuet*
Oaxaca de Juárez, Oax. 10 de marzo de 2020.- A diferencia de otros años, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer tuvo dos etapas: la primera transcurrió el domingo 8 de marzo; la segunda tuvo lugar el lunes 9 de marzo.
La sociedad mexicana, y desde luego oaxaqueña, esperaba con atención lo que sucedería el 9 de marzo, porque se proclamó el paro nacional encabezado por mujeres. De manera inédita, palpamos el “vacío” de féminas en las calles, trabajos, comercios, entre otros espacios públicos y privados.
En algunos centros laborales, como empresas, tiendas, etcétera; quienes se presentaron a trabajar fueron los varones, destaca que en algunos centros educativos, no fue día de asueto, porque el personal masculino realizó actividades encaminadas a comprender la dignidad de las mujeres al interior de la sociedad.
Por un día, la mayoría de las personas se identificaron con el movimiento “Un día sin nosotras”, sobre en todo en redes sociales; sin embargo, también fue el momento aprovechado por líderes y agrupaciones políticas. Cabe destacar, que desde que surgió este movimiento, resultó que la mayoría de los partidos políticos se identifican con la situación de las mujeres mexicanas.
Hoy por hoy, rojos, azules, verdes, morados, amarillos, son muy “feministas”, cuando en sus filas partidistas se encuentran personas que han menoscabado los derechos de las mujeres, no es ocioso recordar que proxenetas bajo el amparo de partidos políticos han protagonizado escándalos de este tipo.
Sólo para que no se olvide, comentarios misóginos como los expresados por Diego Fernández de Cevallos: “el viejerio…”; Vicente Fox: “lavadora de dos patas…”; Felipe Calderón: “¿Delfina es nombre propio? ¿O así le dicen por cómo la trata quien la nombró y es su jefe?…”; Peña Nieto, cuando le preguntaron por el precio de la tortilla: “No soy la señora de la casa…”
Desde luego que compartimos que instituciones públicas y privadas, se sumen para demostrar el apoyo a mujeres que han sido víctimas de violencia, sin lugar a dudas, refleja un gran avance de sensibilización y de empatía; pero sólo quedará en un día para el recuerdo, si las palabras no se transforman en acciones que aminoren la violencia acaecida en México.
Bajo la premisa que los valores no sólo se aprenden, sino que se practican, resulta necesario recordar que al interior de la sociedad poseemos roles y estatus, el ejemplo que demos a estudiantes, descendientes, amistades, a la sociedad; serán imitados por quienes nos rodean.
Esto es sólo el comienzo, esperemos que los relevos generacionales, cambien esa cultura de violencia y arbitrariedad, porque México, sin olvidar Oaxaca, se están convirtiendo en la ley de la o del más fuerte, que bajo el amparo de la impunidad cada quien hace lo que quiere.
Sin un cambio de idiosincrasia, educación y cultura; de nada servirá la sensibilización, las campañas en contra de la violencia dirigida a mujeres, los paros, las movilizaciones; porque las agresiones a mujeres y hombres, seguirán reproduciéndose en cada espacio social.
Cuando se manifiesta que se posee ética, moral y valores; pero en los hechos se muestran conductas contrarias a lo que se pregona, estamos en lo que coloquialmente se llama doble moral: como aquel político que encabeza mítines en contra de la violencia, pero en casa golpea; el juez que emite sentencias condenando a una mujer por su condición de género; el docente que se aprovecha de su posición jerárquica para acosar a estudiantes; las personas que hablan de los valores familiares, pero descuidan a sus descendientes; mujeres que agreden a mujeres policías, porque detrás del uniforme, también está una hija, hermana, tía, madre…
Al final, Usted, tiene la mejor opinión…
*Julio Eduardo Manzano Bizuet. Ex Defensor de las Audiencias de la CORTV. Es licenciado en Derecho por la Universidad “José Vasconcelos de Oaxaca” (UNIVAS), maestro en Ciencias de la Educación por el Instituto de Estudios Universitarios (IEU). Catedrático de los niveles medio superior y superior.