Perspectiva

Claudia, Xóchitl y los priistas oaxaqueños

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 20 de octubre de 2023.- Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales de 2018 con un margen holgado, más de 30 millones de votos, pero pocos saben o poco se sabe de las alianzas oscuras, y hasta perversas, que hizo Morena para ganar esos comicios.

Se supone que, al menos políticamente, el partido que fundó el hoy Presidente de México estaría ya consolidado —y se ha reflejado en triunfos electorales en cargos legislativos y gubernamentales— y no tendría que recurrir, de nuevo, a la unión de muchas fuerzas, que incluye a los priistas.

Sin embargo, en el partido Morena y en Claudia Sheibaum hay inquietud por el crecimiento inusitado de Xóchitl Gálvez, la panista virtual candidata de la alianza PAN-PRD-PRI para competir el próximo año en la sucesión de López Obrador.

A tal grado la preocupación que ha tenido que seguir recurrido a los priistas, sin importar si tiene o no un pasado político oscuro o de corrupción, y las muestras se dieron recientemente en Oaxaca, con el caso de Mariana Benítez Tiburcio, Eviel Pérez Magaña y su hija Gabriela Pérez, por mencionar nombres recientes.

Pero, está por ocurrir otra sorpresa en el equipo de la exjefa de gobierno, que provocará un cisma entre morenistas y priistas, principalmente oaxaqueños, con la próxima incorporación de un personaje político, que cimbrará hasta al equipo del gobernador Salomón Jara Cruz y sus estrategas.

¿CRECIMIENTO ARTIFICIAL?

Desde luego, Xóchixtl Gálvez no es la panacea para el país, pero como el propio López Obrador se encargó de hacerla crecer políticamente, ahora, arropada por los empresarios y políticos con ambiciones personales, le han hecho creer que es la mejor, casi la única opción, para vencer a Morena.

A este grupo precisamente se han sumado los priistas oaxaqueños, encabezados por Javier Villacaña Jiménez-Alejandro Avilés, quienes se frotan ya las manos y hasta se consideran candidatos al Senado o cuando menos a una diputación federal.

Ello a pesar de que el PRI está absolutamente desaparecido, pues día con día hay defecciones —como el caso de Héctor Pablo Ramírez Puga, sin capital político y defenestrado desde hace muchos años— en el otrora poderoso tricolor, al grado de que prácticamente queda la dirigencia estatal y unos cuantos más. 

Las reuniones que hace la secretaria General, Liz Concha —hija de Elpidio Concha Arellano, de turbio pasado priista y conocido como el “robarrieles” de Cuicatlán— no es de más de 20 personas en la región Cañada y con ello cree que está haciendo méritos para una diputación federal o cuando menos repetir en el cargo.

Avilés Álvarez se plegó en el Congreso totalmente con Salomón Jara, a cambio de conservar sus privilegios, incluyendo guaruras y hasta está buscando más guardias de seguridad, a costa del erario.

Ello porque, asegura, será candidato al Senado, por la vía que fuere y que ya “merece” esa representación, después de negociar políticamente y económicamente todos los cargos habidos y por haber, y para no ser investigado en su pasado de corrupción y para salvar también a su hermano, exdirector del Cecyte.

A nivel nacional, Alejandro Moreno Cárdenas sigue jugando en dos bandas: quedar bien con López Obrador en asuntos legislativos y quedar bien con Xóchitl Gálvez en temas políticos, a costa de su sobrevivencia pero sobre todo para seguir gozando de impunidad, ante varias investigaciones pendientes.

¿NO PUEDE MORENA?

A poco más de un mes de la elección de Claudia Sheinbaum como virtual candidata presidencial, el equipo de la morenista no ha podido cicatrizar las inconformidades con los demás aspirantes y en consecuencia su campaña que no es campaña nada más no prende.

Marcelo Ebrard sigue indeciso y ni se sale de Morena ni se reintegra a la virtual postulada para suceder a López Obrador. Se cuida de no perjudicar con declaraciones a Claudia y al Presidente, pero continuamente critica a Morena y su dirigencia.

Aunque sin capital político, Adán Augusto Santiago terminó hastiado y decepcionado, pues ni quiso un cargo que le ofreció de nuevo Obrador, incluso regresar a la Secretaría de Gobernación, ni ha acompañado a Claudia a las giras proselitistas como tampoco ha hecho declaraciones.

Por eso es que la exjefa de Gobierno ha tenido que recurrir de nuevo a los priistas; por eso es que ha tenido que sumar alianzas con quien sea, así fueren grupos y organizaciones oscuras, que están prestos a ayudar a la Cuarta Transformación… para seguir gozando de impunidad y privilegios.

A Claudia sí le preocupa el crecimiento de Xóchitl y también la falta de unidad en el partido Morena.

En Oaxaca, por ejemplo, no cesan las patadas debajo de la mesa para alcanzar alguna de las postulaciones restantes, diputaciones federales, diputaciones locales y presidencias municipales. Poco importa, por ahora, apoyar a la “coordinadora” de los “comités de defensa de la cuarta transformación”.

Como tampoco cesa la suma de más priistas de rancio pasado a las filas morenistas, con tal de tener mayor fuerza para enfrentar a los otros priistas, panistas y perredistas.

En el colmo, Sheinbaum sumará pronto a otro cuadro relevante que, o terminará por aniquilar al PRI o arreciará la crisis morenista contra los tricolores, o ambas cosas. 

El caso es que, para las ambiciones políticas presidenciales, no importan las formas, con tal de lograr o mantener el poder… Mientras tanto, la gran mayoría de los mexicanos seguirán sumidos en la pobreza y con escasas esperanzas de una verdadera transformación del país.

Colaborador, FDN Oaxaca
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Colaborador, FDN Oaxaca
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